8.12.16

LA INVESTIGACION DE CAMPO...

Vivencias como investigador de campo del tema OVNI. Parte de un nuevo libro que se editará el año próximo. Cada semana agregaré un nuevo post para los amantes del tema. Agradeceré si me expresan su opinión. Gracias!!!

La noche era fría y oscura, en pleno mes de junio. Se había hecho muy tarde y el chivito que ofrecieron los amigos de Santa Isabel como despedida a mi recorrida por la región, hizo que el tiempo se extendiera entre charla y algunos acordes de guitarra. En realidad los anfitriones pretendían que desistiera de viajar por la noche y que lo hiciera en la mañana temprano. Como mi postura se mantuvo firme, me ofrecieron un café para aguantar el frío de la noche y alrededor de la 1,30 de la madrugada partí para Santa Rosa.
Corría el año 1981 y la ruta 10 era un misterio que me atraía, sobre todo de noche. Por eso mantuve firme mi postura de viajar aunque fuera tarde. Estaba bien descansado y obligadamente iría despacio porque mi infatigable Citroen 3 CV tenía sus limitaciones.
Me abrigué bien, salí a la vereda y observé el cielo. Las estrellas fulguraban de una manera espectacular. Daba la sensación que si estiraba la mano las podría tocar. Crucé la bufanda sobre mi pecho, prendí los botones de la campera marrón que me acompaña en todas las campañas, levanté la mano a modo de saludo y monté el vehículo.
Lentamente atravesé las calles de Santa Isabel. Salvo algún perro que ocasionalmente cruzaba la calle no se observaba ningún movimiento. El único ruido que se escuchaba era el del motor del vehículo que dejaba atrás las últimas casas del pueblo. Cuando quise acordar, ya estaba a punto de cruzar el puente del río Salado o Chadileuvú, cuyo cauce constante y tranquilo, demostraba naturalmente su rumbo, aunque el hombre intentara cambiarlo con grandes obras que lo acotaban en la provincia vecina de Mendoza.
El terreno en partes arenoso, me obligaba a mirar atento el camino. Ningún vehículo circulaba a esa hora por la región, lo que en caso de un desperfecto, representaba la seguridad de tener que quedarme en el camino hasta que se hiciera de día u ocasionalmente pasara alguien. Pero ese era el mayor desafío, poder atravesar el oeste profundo en soledad. Mi idea era detenerme cada tanto para observar el cielo, el paisaje desértico y escuchar cualquier sonido natural, para lo que necesariamente debería parar el motor del auto.
Al cabo de 1 hora de viaje por la ruta 10 hacia el este, apenas habría recorrido unos 25 kilómetros cuando me pareció que a mi derecha observé un extraño fulgor. No me detuve pero me mantuve atento a ver si sólo se trataba de algún reflejo pero, a los minutos según calculé, advertí de nuevo ese extraño fenómeno. No me detuve pero sí me mantuve atento para verificar si había alguna frecuencia entre cada manifestación. Avanzaba y por el rabillo del ojo intentaba ubicar geográficamente la zona de la que provenía el fulgor. Al cabo de unos 5 minutos de viaje, se repitió ese fantástico destello. Eso hizo que automáticamente detuviera el vehículo y descendiera rápidamente, deteniendo el motor y apagando todas las luces. (Continuará)

24.10.16

La búsqueda sin fin…



El OVNI y la eterna búsqueda. Sin dudas uno de los mayores enigmas que el hombre interiormente se plantea sin reconocerlo públicamente ante tantos avatares que debe enfrentar en su vida diaria, es el interrogante de “el OVNI”.
El tema no es nuevo y muchos investigadores que ya no están entre nosotros, se fueron con el interrogante a cuestas, aunque la mayoría no cedió su interés en la búsqueda de una respuesta concreta, con aciertos y errores. Con interpretaciones intuitivas ante la falta de metodologías y en la mayoría de los casos por falta de medios. Sin embargo, en silencio trabajaron en pos de una respuesta que nunca llegó. O tal vez sí y por alguna razón callaron.

Ya son casi tres generaciones de investigadores que evolucionaron a fuerza de sacrificio. De búsqueda permanente pero con una decisión tenaz que a muchos distinguió. En ese marco, puedo nombrar a dos, aunque seguro hay muchos más. Ellos son don Pedro Romaniuk y Fabio Pedro Alles o más conocido e institucionalizado como “Fabio Zerpa”.

Considero que con esfuerzo buscaron (y busca) aún la respuesta como pioneros de una especialidad que jamás obtuvo reconocimiento y que fue convocada generalmente para formar parte de programas armados especialmente para polemizar. Si uno de ellos participaba de un panel, seguramente una producción convocaba a varios para que “apunten” contra los sostenedores de lo que hace 50 años no era una utopía, sino un imposible o una locura.

Sin embargo, en base a estudio, a trabajo de campo, a esfuerzo de viajes interminables, fueron marcando la senda que después siguieron muchos más. Con el tiempo, la tentación e aparecer en los medios masivos obnubiló a algunos investigadores que prefirieron disputarse la aparición en un estudio televisivo, que las luces de las estrellas en una vigilia real y auténtica en la búsqueda de respuestas.

Hoy, hay muchos. Miles tal vez, que “investigan” desde una computadora “por internet”. Que opinan y discuten como especialistas de algo que desconocen pero que los apasiona. Que prefieren hablar de “los casos más sonados” ocurridos en cualquier parte del mundo. Menos de lo que pasa a la vuelta de la esquina o mejor dicho, en sus propios cielos.

Da la sensación que a veces prefieren llegar a los codazos a sacarse una foto al lado de un ilustre investigador extranjero que llega al país, que conocer lo que ocurre en zonas rurales o del interior. La realidad indica que hay zonas verdaderamente “calientes” como la Patagonia, donde “el OVNI” se muestra con inusitada frecuencia y singularidad. Sin dudas este es el proceder de la tercera generación de investigadores que pululan en la web. Esos especialistas que pueden hablar de un caso en Europa o Estados Unidos, pero desconocen lo que pasa en su propia región.

Tal vez es tiempo que todos, los representantes de cada generación de investigadores, dejen de lado “los egos” y hagan coincidir sus estudios reales en un congreso serio, en el que las pruebas se tiren en la mesa y se compartan sin mezquindades, para tratar de interpretar algo que sucede y que está mucho más allá del negocio de algunos o del “reiting” de otros.

Despues de 44 años como investigador de campo, digo esto no porque considere que tengo la autoridad suficiente, sino porque he aprendido que cada uno en su búsqueda ha encontrado una parte de la verdad. El día que dejemos de lado el ego y la necesidad de figurar en alguna programación de tv, seguramente entenderemos algo que está muy por encima del hombre. Tal vez “ellos” miran desde otro plano nuestro proceder y consideran que estamos muy lejos de entenderlos.

Quizás sea tiempo de reflexionar  y empezar a compartir lo poco que sabemos de esos extraños visitantes, para tratar de entender un fenómeno que “está ahi”, porque el tiempo ha demostrado que en este tema… “la verdad no es de nadie”.

Quique Mario
CEUFO


19.9.16

NUEVO ENCUENTRO TIPO III


EN LA PAMPA
NUEVO ENCUENTRO TIPO III

Dos episodios  de “luces” extrañas se registraron en la tarde-noche del domingo 18 de septiembre, mientras que seagurdan resultados de la investigación de un nuevo Encuentro Cercano Tipo III registrado hace pocos días en la ruta Nacional 35, entre la localidad de Winifreda y Santa Rosa, capital de la provincia de La Pampa.
El primero de los hechos tuvo como protagonistas a los ocunates de un vehículo que se desplazaba desde General Pico a Santa Rosa, que observaron una potente luz de color blanco. Eran aproximadamente las 20,15 horas y los protagonistas circulaban por la ruta entre General Pico y Monte Nievas. Las primeras especulaciones los llevaron a suponer que se trataba “de una estrella” a la que al cabo de algunos minutos dejaron de prestar atención. Pocos minutos después, al girar hacia el sur por la ruta provincial 7, advierten que ”la estrella” de color blanca, estaba frente a ellos susendida en el espacio y les llamó especialmente la atención su tamaño comparado con una estrella normal. La observación duró varios minutos y cuando la instrnquilidad ganaba a los testigos, “la estrella” dio un salto hacia el espacio y desapareció de su visión.
Una hora más tarde, el encargado de un campo ubicado en la zona de El Durazno, avisó al propietario del establecimiento sobre la extraña presencia de “una luz roja” que permanecía suspendida entre los caldenes a muy baja altura, a tal punto que el testigo consideró que estaba “estacionada” en el terreno. Por sugerencia del propietario, el empleado dej{o las luces encendidas de la vivienda y se ubicó en un sector con poca iluminación para observar el comportamiento de “la luz”:
20 minutos más tarde y con seria preocupación volvió a avisar al propietario del campo que “la luz” se desplzaba lentamente entre los caldenes, siempre a baja altura por lo que decidieron dar aviso a la policía. Poco después llegó a la zona una patrulla policial pero “la luz” ya no estaba en el lugar.

ENCUENTRO DEL TIPO III
Este tipo de episodios se repiten en la regi{on con inusitada frecuencia y no se denuncian, ya que no hay consecuencias ara los testigos y quedan como relatos, pero teniendo en cuenta los episodios registrados en los últimos tiempos y hacen referencia a encuentros del Tipo II, más uno que está en estudio y que hace poco menos de un mes, tuvo como protagonista a un camionero del sur del país, sobre la ruta Nacional 35 entre Winifreda y Santa Rosa.

En este caso, habría una interesante filmación que se halla en estudio y han tomado intervención especialistas y cuerpo médico que habría comprobado que el camionero, vivió una experiencia muy extraña. Sin dudas la región es el centro de estudio de los especialistas que han dispuesto un sistema de notificaciones rápidas mediante teléfonos, email y la activa participación de fuerzas policiales.